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jueves, 13 de junio de 2013

Cameranos en Zafra

Los Cameranos eran unos ganaderos de las provincias de Logroño y Soria, vivían entre estas dos provincias en La Tierra de Cameros. Entre los siglos XVI al XX alrededor de mil Cameranos salieron de Villoslada con rumbos diferentes. Muchos de ellos llegaron a Extremadura, donde construyeron plazas, calles o entidades financieras que todavía perduran. Todos empezaban desde abajo, pero terminaban siendo grandes terratenientes respetados por los lugareños. Los Cameranos en su mayoría eran nobles, y a finales del siglo XVII se asentaron en Extremadura y Andalucía. Controlaron el comercio y los gobiernos municipales de muchas ciudades. En Extremadura se asentaron principalmente en Zafra y Almendralejo.
Desde la edad Media la cabaña ganadera que los Cameranos poseían, estaba compuesta de ovejas merinas que se cifraba en muchos miles, a lo que había que añadir, en relación con ella, la existencia de una afamada industria textil de paños y bayetas, entre otros elementos.
¿Por qué llegaron hasta Zafra y se asentaron en ella hasta construir el grupo más influente y poderoso de los siglos XVII y XVIII?
En primer lugar, debe quedar claro que Zafra ha sido y es, fundamentalmente, una ciudad comercial. Desde la larga tradición a las ayudas y esfuerzos de sus dirigentes y habitantes, todo ha conducido a dicho resultado: la riqueza zafrense se basa en un comercio activo, que se basa en comprar y vender. Desde finales del siglo XIV Zafra integraba el señorío de la Casa de Feria. De hecho, al año siguiente de su concesión a Gomes Suárez de Figueroa por parte de Enrique III, este mismo rey volvía a hacer una nueva: la relación de una feria por San Juan, en el mes de junio, siendo su duración de quince días. Tener un mercado de tales características era una fuente de riqueza para la localidad y, por añadidura, para sus señores, que cobraban elevadas tasas por el comercio que tenía lugar. Pero, a fin de cuentas, era riqueza para todo, de manera que los judíos, predominantes en aquellos tiempos, pagaban con gusto con tal de obtener las ganancias oportunas.
Disponer de una feria no era inusual, sobre todo en villas de cierta importancia, sea por su tráfico comercial anterior o por los servicios que los señores de las mismas hubieran prestado al rey. En el caso de Zafra se reunieron ambas características. Sin embargo, mucha deuda debía tener el rey castellano Juan II con la Casa de Feria para disponer de algo que sí era menos frecuente: la concesión en 1453 de una segunda feria a celebrar durante una semana alrededor de la fiesta de San Miguel, en septiembre. En el siglo XV la pujada comercial de Zafra empezaba a despegar atrayendo paulatinamente a gente cercana y más tarde desde más lejos.

Como se ha mencionado ya, la distante Sierra de Cameros disponía en ese tiempo de una muy importante cabaña ganadera de ovejas merinas que, al amparo de la Mesta, empezó a recorrer las llanuras castellanas buscando un más plácido acomodo y mejores pastos hacia el sur de su tierra. Fue así como en el siglo XVI se empieza a atestiguar documentalmente la presencia de Cameranos arrendando dehesas y tierras de pasto para su ganado cerca de Zafra. Las primeras noticias que se datan son del año 1553 y son, precisamente, contratos de arriendo y subarriendo.

Se ha discutido el posible asentamiento de estos serranos en la ciudad de Zafra, pero no hay testimonios ciertos de ellos: ni alquileres o compra de viviendas, ni referencia alguna a mujeres. Todo parece indicar que se limitaba inicialmente a traer sus ganados pasando una temporada en los pastos extremeños. En ese sentido, hay que tener en cuenta que las dos ferias de San Juan y San Miguel eran muy atractivas porque podían servir para comprar y vender ese mismo ganado, de manera que el objetivo se ampliaba desde los pastos disponibles a la compra y venta de Animales.

Pero quien trae ganado puede transportar también otros productos que se producían en gran abundancia en la tierra serrana y de los que había crecida demanda en Zafra: textiles. De manera que, comenzando por un primer testimonio documental en 1572, los paños y bayetas de Cameros son objeto de venta creciente en las dos ferias mencionadas anteriormente.

Fijémonos en un dato simple: en 1792, finales del sigloXVII por tanto, había 80 nobles censados en la ciudad. Pues 42 de ellos eran Cameranos, algo más de la mitad. Se entiende, pues, su presencia  frecuente en las más altas instancias concejiles y administrativas de la ciudad de Zafra, la construcción de casa en la plaza Grande que mostraran su creciente poder ciudadano, la instalación de escudos nobiliarios en lo más alto, para afirmar ante la población su condición distinguida.

Aunque algunos visitantes solamente venían a Zafra en la época de feria, los Cameranos se quedaron. Fueron fieles a sus costumbres, a sus recuerdos familiares y sociales. De ahí, y como muestra de confirmación social, la construcción de un retablo a la virgen de Valvanera y un acalle llamada: “Avenida de los Cameranos”.




Retablo dedicado a la virgen de Valvanera


Cartel que da comienzo a la calle de la "Avenida de Los Cameranos"

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