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jueves, 14 de febrero de 2013

El castillo de Feria
Feria es un municipio Extremeño, perteneciente a la provincia de Badajoz. La población se asienta en la vertiente meridional de la Sierra Vieja, a medio camino entre Santa Marta y Zafra. Pertenece a la comarca de Zafra - Río Bodión y al Partido judicial de Zafra. Se han hallado restos correspondientes a asentamientos humanos prehistóricos en la zona donde se sitúa el pueblo de Feria. En 1394, el rey Enrique IV entregó la villa a Gomes Suárez de Fugueroa, maestre de la Orden de Santiago, con el título de Conde de Feria. Más tarde, Felipe II otorgó a Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo del anterior, el título de Duque de Feria, llegando así en esta época el Señorío de Feria a su culmen, construyéndose además la mayor parte de lo que sería el castillo de la localidad.
Otra vista del Castillo
Debido a su situación estratégica, el alto en el que se encuentra el castillo de Feria ha sido utilizado como punto defensivo desde que los primeros hombres se establecieron en estas tierras. Los árabes ya construyeron una importante fortaleza defensiva en el siglo XI. Siglos más tarde las tropas cristianas conquistaron la zona y Feria pasó a ser propiedad de Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de la Orden de Santiago. Lo más importante del conjunto fortificado debió ser promovido por Lorenzo Suárez de Figueroa, según puede deducirse por la presencia de las armas de Figueroa y las de los Manuel que se representan en respectivos escudos heráldicos que campean en la torre semicilíndrica del recinto, que son asociados con el mencionado Lorenzo Suárez de Figueroa y con su esposa María Manuel.  La familia Suárez de Figueroa llegó a ser propietaria de un importante territorio conocido como Señorío de Feria, que incluía numerosas poblaciones de la zona, incluyendo Zafra. De hecho, la fortaleza de Feria tiene visión directa de los castillos de Villalba de los Barros, Zafra y Nogales, situados también estratégicamente para controlar y defender todo el territorio de los Suárez de Figueroa.
Imagen de la situación del castillo
En la fortaleza de Feria se distinguen dos partes bien distintas, la muralla que delimita el terreno útil del castillo y la gran torre de Homenaje en el interior. Al menos esta torre y el conjunto del recinto debieron ser construidos algo antes de 1461, a mediados del siglo XV. Y posteriormente se llevaron a cabo algunas reformas y reconstrucciones, fecha en que fallece este personaje, que también fue el constructor del castillo de Zafra y de parte de Nogales. Posiblemente sus descendientes y herederos pudieron terminar la fortaleza construyendo durante el último tercio del mismo siglo XV la gran torre de Homenaje que se eleva en el centro.
                El recinto amurallado tiene un trazado irregular que sigue la forma del terreno que ocupa unos 7.000 metros cuadrados, con una plaza de armas, dividida en dos sectores por un cuerpo de cortinas en línea, a caballo de las cuales se alza, majestuosa e impresionante, la torre del homenaje. La muralla incorpora torres o cubos redondos y prismáticos. En el interior existe otro muro transversal que divide el cuerpo principal del castillo en dos partes, lo que permitía reagrupar la defensa en caso de que alguna de las partes se viera comprometida por los atacantes.
Vista aérea de la muralla
                           En el medio de la muralla diafragma se alza la torre de Homenaje, prismática, de base cuadrada y con chaflán curvo en las esquinas40 metros de altura y 18 de lado. Con independencia del gran volumen y contundente presencia de la torre, no faltan los detalles constructivos de apreciable elegancia, como los finos enmarques y recercas de algunas de sus ventanas. La puerta de entrada es de estilo gótico, con arco mixtilíneo cuyos vértices se rematan con rosetas y, sobre todo, la cornisa volada sobre canecillos que sirve de coronamiento y donde se sustentaría el almenaje, así como el matacán redondo sobre cuidadas filas de ménsulas escalonadas de diferente trazado.   La parte interior de esta torre  no tiene puertas, y el acceso a las plantas habitables de la torre se realizaba desde la muralla, de forma que se aseguraba un alto nivel defensivo en caso de emergencia. Como la parte inferior de la torre es maciza se organiza un sistema de acceso de apreciable interés en lo que a seguridad se refiere ya que la entrada se realiza a través del andén de la citada muralla transversal, desembocando en la planta segunda que aquí actúa como principal, desde donde se facilita la bajada al primero y la subida al tercero y desde éste al cuarto piso y luego a la terraza. Creemos que desde el piso inferior debía haber algún acceso a lo que ahora está macizado y que en principio serviría de ubicación a un aljibe o mazmorra como solía ser costumbre y puede verse en otras fortalezas medievales. Dadas las grandes dimensiones de todas estas plantas se hallan debidamente compartimentadas y dotadas con distintos servicios, letrinas, chimeneas y cocina. En la parte superior de la torre se abría un conducto que llevaba el agua recogida hacia el aljibe situado del sótano. Además de este aljibe de emergencia situado en la torre, cada sector del recinto amurallado disponía de su propio aljibe para almacenar agua.
Torre del Homenaje mencionada en el texto
La torre se ha restaurado hace poco tiempo y ahora se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.


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